sábado, 17 de febrero de 2007

Se levanto temblando, empapado en transpiración, encendió un cigarrillo y automáticamente su boca se lleno de un inmenso e incontenible vomito. No es fácil saber de estas cosas, tampoco es fácil, encontrarse en una calle en medio de una manada de hambrientos infelices, pero nada es comparable al humor de su mujer. Veinticinco años de extrema fidelidad y ningún resultado positivo. Aquella montaña de carne, no puede ser mas que un castigo divino por algún hecho aberrante del cual sin lugar a dudas ha perdido la memoria. En medio de ese cuarto la vida pareci­a tan solo un segundo de felicidad que le era arrebatada todas las mañanas y devuelta en el preciso instante en que se dormi­a. La corbata cada mañana le ajusta mas y sin embargo aun no ha logrado ahorcarlo. El mate tiene su encanto, observar su inmenso jardi­n con el amargo sabor de un mate es el único momento en que tendr­a pleno dominio de la situación. No es tan malo pensó; encontrarse solo en medio de la nada; lo malo es no entender nada.
Bucefalo

No hay comentarios: